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Salsografías

Rubén Blades, el poeta de la Salsa

Rubén Blades, el poeta de la Salsa

    Ciudad de Panamá, mediados de los cincuenta...

    Rubén Blades, un niño que había nacido el dieciséis de Julio del año 48, en el seno de una familia trabajadora del barrio San Felipe, ganaba el concurso de literatura infantil de su colegio.

    Dos años atrás había aprendido a leer y escribir gracias al empeño de su abuela, un singular personaje que tuvo profunda influencia en su vida.

    Por decisión de su madre, Anoland Bellido de Luna, aprendió a tocar el piano, sentando el precedente musical en la vida del joven.

    Su padre, Rubén Blades Bosques, era un descendiente de ingleses que pasó de ser jockey a jugador de baloncesto y de allí a detective; pero siempre manteniendo su gran afición a la música.

    En 1964 ocurrió el despertar político de Rubén, algo que le daría una nueva conciencia social y un nuevo rumbo a su vida.

Entre tanto, su interés por la música le lleva a unirse a algunos grupos, pero tuvo que abandonarlos bajo la presión de sus profesores de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Panamá, quienes esperaban que Rubén se convirtiera en un respetable abogado.

En 1968, viaja por primera vez a Nueva York donde fue recomendado a la orquesta del pianista Pete Rodríguez con la cual entraría por primera vez a un estudio de grabación.

Rubén volvió a Panamá en 1973, bajo una tensa situación política que obligó la salida de su padre del cuerpo de detectives del estado. Apenas obtenido el título de abogado, Rubén se va con su familia a Miami a comenzar una nueva vida.

En Norteamérica, decide dedicarse profesionalmente a la música, para ello se radica en Nueva York, ciudad que ya era el epicentro mundial de la Salsa.

El primer trabajo que encuentra es el de organizar y llevar el correo de la compañía discográfica Fania Records, donde espera poder integrar la gran orquesta.

Sin embargo, su oportunidad llegaría cuando Ray Barreto, lo integra a su grupo, iniciando así su carrera profesional. 

Por ésta época también colabora con Richie Ray y Bobby Cruz y con Pete Rodríguez  

En 1976, Rubén Blades se reúne con Willie Colón y juntos comienzan lo que sería el cambio más importante que la música caribeña ha experimentado en su historia.   

El primer Lp con Willie Colón, "Metiendo Mano", se convirtió en un clásico de la salsa.

Canciones como: "Plantación adentro", "Pablo Pueblo" y "Según el color" se destacan y consiguen un impacto tremendo tanto entre los aficionados a la salsa como en los músicos que la interpretan.

El siguiente disco, "Siembra", amplía la visión, tanto musical como social, del anterior. El disco incluía temas como: "Pedro Navaja", "Plástico", "Buscando guayaba" y "Siembra", entre otros

La repercusión de la canción "Pedro Navaja" superó todos los récords que una canción de su estilo haya conseguido nunca, convirtiéndose en uno de los temas más representativos de la música latinoamericana de todos los tiempos.

A partir de allí la salsa nunca sería la misma. Blades había aportado consciencia a la música latina y la había convertido en un instrumento para la denuncia social. Había nacido la salsa intelectual.

Mientras la dupla Blades / Colón continuaba apoderándose de los mercados internacionales de la música latina, Rubén emprendía simultáneamente proyectos personales que darían como resultado la aparición de: "Bohemio y Poeta" en 1979 con temas que había compuesto en su momento para Fania como: "Juan Pachanga", "Sin tu Cariño" y "Paula C".

En 1980, editó: "Maestra Vida", dos álbumes de larga duración separados que son un retrato del barrio, una crítica a los gobiernos latinoamericanos y un canto al amor y a la mujer.

En 1981 reapareció junto Willie Colón en: "Canciones del Solar de los Aburridos" y en 1982 con "The Last Fight".

En 1982, tras seis años con Willie Colón, Rubén Blades decide independizarse.

Grabaría dos nuevas producciones como solista: "El que la hace la paga" y "Mucho mejor", antes de formar Seis del Solar, un grupo que funcionaba como un laboratorio de experimentación y que prescindía de la típica sección de vientos de la salsa para incorporar sintetizadores y elementos musicales cercanos al rock.

Con ellos graba "Buscando América", con temas hoy clásicos como: "Decisiones" y "El Padre Antonio y su monaguillo Andrés".

Mil novecientos ochenta y cinco fue un buen año para Blades: por una parte ganó el primero de sus cuatro premios Grammy con el disco "Escenas", y por otra culminó un doctorado en leyes en la prestigiosa universidad de Harvard.

En 1986 registra "Agua de Luna", inspirado en relatos de Gabriel García Márquez.

Desde 1987 se dedica a conquistar mercados más amplios que el latino, con discos como: "Crossover Dreams", "Doble Filo", "Antecedente" (que fue grabado en inglés) y Nothing but the Truth (con rockeros legendarios como invitados)

Y aunque estas producciones le abrieron nuevas puertas, muchos pensaban que Rubén Blades comenzaba a apartarse de sus raíces latinas para entrar más en consonancia con su prolífica faceta de actor.

Y es que desde principios de los ochenta, Blades venia abriéndose paso en el cine al aparecer en la película "The Last Fight", dirigida por Fred Williamson.

Su segunda experiencia fue en "Crossover Dreams" donde protagonizó el papel de un músico latino en los Estados Unidos.   

Como consecuencia de su interpretación, logra papeles cortos en producciones importantes, por lo que se muda a California donde, poco a poco, va adquiriendo prestigio como actor, interviniendo en películas junto a Richard Pryor, Whoopi Goldberg y Jack Nicholson.

Su primer papel importante se lo ofrece Robert Redford en "The Milagro Beanfiled War", en la que interpreta a un sheriff.

Su carrera como actor va ascendiendo hasta protagonizar "Dead Man Out" donde, con su retrato de un asesino condenado a muerte, consigue el Premio al Mejor Actor en películas producidas para televisión por cable. Hay que destacar su actuación en las mini-series "La Historia de Josephine Baker" y en "Expedientes Secretos X" donde es raptado por extraterrestres.

Otras apariciones en la gran pantalla son: Enemigo Íntimo, (junto a Brad Pitt y Harrison Ford), La Caja China, The Two Jakes, The Super, Locura del Corazón, One Man's War, Latino Session, A Million to Juan, El Color de la Noche y más de una docena de otros importantes títulos fílmicos, incluyendo Secuestro Express, Grabado en Venezuela

En 1990, con Son del Solar graba el álbum "Live!" que marcará la despedida de la agrupación y el regreso de Rubén a las fuentes originales de la salsa.

Así, en 1991 aparece "Caminando" un disco cargado de éxitos como "Prohibido Olvidar", "Camaleón" y su propia versión de un tema que había compuesto para Ismael Miranda quince años atrás: "Cipriano Armenteros"

Los éxitos continuaron en 1992 con "Amor y Control" donde el tema que da título al disco es una historia que menciona el dolor de Blades ante la inminente muerte de su madre, victima de cáncer.

En 1994, Rubén Blades se presentó a las elecciones presidenciales de Panamá.

Al frente de su propio movimiento político: "Papá Egoró" participó en la lucha contra la injusticia social y la defensa de las minorías. Quedó en tercer lugar, con el 20% de los votos, entre más de diez candidatos.

Rubén se reencontró con quién fuera su compañero en la época más gloriosa de su carrera, Willie Colón, en 1995, para grabar "Tras la tormenta" álbum que los reúne luego de trece años de grabaciones separadas.

La lista de artistas que han contado con la colaboración de Rubén Blades abarca no solo a los salseros sino figuras del pop como Maná, Los Fabulosos Cadillacs, Malanga y Rabanes, entre otros.

Durante la segunda mitad de los noventa sonarían con insistencia dos discos prestigiosamente galardonados con premios Grammy: "La rosa de los vientos" de 1996; y, en 1999, el disco "Tiempos" donde Blades incorpora elementos de música clásica contemporánea

En su producción del 2002, "Mundo", Blades se aparta momentáneamente de las letras de protesta social y política para intentar fusionar vertientes musicales de diversos países, en una búsqueda de identidad cultural.

La definición política de Rubén Blades y el hecho de ser hoy por hoy, el panameño más universal llevaron al Presidente Martín Torrijos, a incorporar al cantautor en su equipo de gobierno. Hoy, con casi sesenta años de edad, es el flamante ministro de turismo de  su país.

El Albañil de la Esperanza

El Albañil de la Esperanza

Aquí les dejo otra Salsografía que, en su momento, fue de las más comentadas en Sabor Latino Televisión. Saludos... Juan Eduardo.

Ismael Rivera, Maelo, El Sonero Mayor, El Albañil de la Esperanza, El brujo de Borinquen; el hombre que con su: Ecuajei!!, se convirtió en un ídolo de la música latina.

Esta es la historia de su vida, con sus momentos de gloria, sus desventuras y su dimensión humana.

Ismael Rivera nació en Santurce Puerto Rico, el 05 de Octubre de 1931, fue el primero de los cinco hijos de Luis Rivera, Carpintero de oficio y de Doña Margarita Rivera García, de quien, se dice, heredó el genio para la improvisación y la melodía.

Siendo todavía un adolescente, comenzó a trabajar como albañil, oficio que compartía con quien llegaría a ser su compadre, colega y compañero de aventuras: Rafael Cortijo.

Eran tiempos en que se trabajaba de día y se bailaba de noche en la famosa calle Calma, en Puerto Rico. Y ya para entonces Maelo se destacaba por su extraordinaria capacidad como sonero.

La primera vez que se juntaron para tocar Ismael y Cortijo fue en 1948, en el Conjunto Monterrey, dirigido por Monchito Muley, Con Maelo como conguero y Cortijo como bongosero.

En 1952 intentó enlistarse en el ejército de los Estados Unidos, pero fue rechazado por su inglés deficiente.

Nace la leyenda

A su regreso a la isla comenzó a cantar profesionalmente en la Orquesta Panamericana, con la cual grabó su primer sencillo: "El Charlatán", luego le sucedieron otros éxitos, hasta que un buen día,  Ismael y Cortijo, tomaron la decisión de fundar su propia agrupación.

Corría 1954, y  ya "Cortijo y su Combo" experimentaban  con el folklore Boricua, incorporándole piano y metales a dos ritmos representativos: La Bomba y la Plena. Logrando una mezcla que permitiría hacerlos internacionales.

Con el Combo de Cortijo, Maelo haría una carrera brillante, popularizando un sinnúmero de éxitos, entre ellos "El bombón de Elena", de don Rafael Cepeda, así como "Besitos de coco", "El negro bembón", "Juan José", "Palo que tú me das", "Yo soy del campo", "Oriza", "El chivo de la campana", "Maquinolandera", "El yoyo", "María Teresa" y "Quítate de la vía Perico", entre otros.

Al cerrar la década de los cincuenta, la bomba y la plena logran introducirse en los más populares salones de baile, gracias al combo de Cortijo y su cantante Ismael. Tal fue el asombro ante el fenómeno musical que el Bárbaro del Ritmo, Benny Moré, bautizó a Maelo con un nombre que le definiría para siempre: El Sonero Mayor.

Ya con el reconocimiento de las grandes audiencias, Cortijo y su combo recorren Latinoamérica. A Venezuela llegarían en 1962 para participar en el Carnaval, donde Maelo sería coronado como Rey de estas festividades.

De vuelta a Puerto Rico, Ismael fue detenido por portar sustancias prohibidas. Fue condenado a cuarenta y tres meses de cárcel y trasladado a distintos penales, donde conoció la miseria, el hacinamiento y el olvido. Un compatriota suyo, Bobby Capó, sintió como propio el encierro de Ismael, y le compuso un número que llegaría a convertirse en himno de los reclusos: "Las Tumbas".

Nuevos aires

Una vez pagada su condena, Maelo regresó a Puerto Rico, y sintió el repudio de muchos. Las heridas aún permanecían abiertas y decidió abandonar su patria y recomenzar su vida en Nueva York.

En la Gran Manzana, Maelo rápidamente se sube a la ola que se ha desatado con la explosión de la música latina, ahora popularizada como "Salsa".

Así nacen:"Maelo y los Cachimbos" quienes impactaron el panorama musical con temas hoy clásicos como "Mi negrita me espera" y "Dime por qué".  Y muchos otros éxitos como "San Miguel Arcángel", "La gata montesa", "La manía de tu mujer", "Maña, Maña" y el bolero de serenata "Hasta Mañana".

A pesar de haber recuperado el terreno perdido en el campo musical, Maelo seguía teniendo problemas personales por el uso indebido de sustancias prohibidas. Hasta que un buen día, de visita en Panamá, oyó hablar del Cristo negro de Portobello que obraba milagros y desde entonces no solo Maelo abandonó su disipada vida sino que se inspiró para componer canciones que tal vez sean las más conocidas de su  carrera como "El Mesías" y "El Nazareno".

En agosto de 1974 hubo un histórico reencuentro en el Coliseo Roberto Clemente, entre Cortijo e Ismael y los ex integrantes de su banda, dirigidos entonces por Rafael Ithier bajo el nombre de El Gran Combo.

Maelo siempre fue un hombre de convicciones arraigadas, a pesar de toda la espectacularidad que rodeaba a las Estrellas de Fania, siempre se negó a incorporarse a ellas, sabía que su estrella brillaba con luz propia.

Sin embargo, en 1979, cuando Jerry Masucci y Johnny Pacheco, compraron el sello Tico Alegre, Maelo terminó en la Fania por compromisos de contrato. Fue el artista mejor pagado por esa casa disquera, luego de Celia Cruz.

Se apagó el ¡Ecuajei! 

Durante la década de los ochenta Ismael Rivera fue retirándose paulatinamente. El tiempo, inexorable, le comenzó a pasar factura, los infinitos trasnochos y las rumbas de la juventud comenzaron a hacer mella en su humanidad. La muerte de su compadre Rafael Cortijo aceleró esta pena.

Y fue así, cuando aquella tarde del 13 de Mayo de 1987, la muerte le vino a visitar mientras miraba caricaturas en la televisión. El infarto fue fulminante, apenas tuvo tiempo de abrir los ojos y en brazos de su madre, Doña Margarita, exhaló su último aliento.

El Cantante de los Cantantes

El Cantante de los Cantantes

  Este es el texto que sirvió de guión para la biografía de Héctor Lavoe que fue transmitido por nuestro programa de televisión. ¡Vaya vida la de este grande entre los grandes! Saludos. Juan Eduardo.

   Héctor Lavoe nació en Ponce, Puerto Rico el 30 de septiembre de 1946. con el nombre de pila Héctor Juan Pérez Martínez.   Cuando apenas salía de la infancia, ya el joven Héctor había obtenido influencia musical cantando en orquestas juveniles e imitando a cantantes jíbaros puertorriqueños como Chuchito de Bayamón y Daniel Santos.

    En 1963 con solo diecisiete años y decidido a conquistar la fama como cantante, Héctor llega a Nueva York donde incursiona con orquestas de poco renombre, hasta que en 1967, se produce su unión con el trombonista y arreglista Willie Colón, en una dupla que sería conocida en los circuitos salseros de Nueva York como  The Bad Boys y cuya primera producción tendría por título: "El malo".

   Ya para entonces Héctor había tomado como apellido artístico la derivación fonética: "Lavoe" que estuvo inspirada en el apodo del famoso cantante puertorriqueño Felipe "la voz" Rodríguez.

   El duo Lavoe/ Colón ha sido considerado por conocedores y amantes de la Salsa como uno de los más productivos y trascendentales en la historia de la música latina.   Para cerrar la década de los sesenta Willie y Héctor graban “The Hustler” en 1968 y Guisando" en el 69, producciones que terminan de consagrarles en el gusto del público. La década de los setenta se estrena con un nuevo disco: "Nuestra Cosa" que incluye el bolero mas radiado en la historia Colon/Lavoe "Ausencia" y "Juana Peña" de la pluma de Tite Curet Alonso.

   Por su gran aceptación, Colon y Lavoe entran a formar parte de la primera reunión de las estrellas de Fania realizada el 26 de Agosto de 1971 en el recién estrenado salón de baile conocido como el Cheetah.

   Para 1971 la pareja graba el primer volumen de “Asalto Navideño” producción con la que rinden tributo a los aguinaldos puertorriqueños. De esta producción destaca el tradicional tema panameño La murga, que se ha convirtió en uno de los temas más sonados de la época en Venezuela.

   El binomio Colon/Lavoe produjo obras fundamentales en la historia de la salsa. Álbumes inolvidables como: “El Juicio” en 1972  con temas como “Timbalero” y “Ah ah oh no”; “Lo Mato” de 1973 de donde salto a la popularidad el tema: “El día de mi suerte”. Este mismo año producen el segundo asalto navideño, LP que precedió la disolución de la orquesta de Willie Colon y por ende el comienzo en solitario de Lavoe. La separación es amistosa y no definitiva, pues Colón fue el productor de varios de los álbumes más exitosos de la carrera solista de Lavoe, que comienza en 1974 con el disco "La Voz". También fue uno de los intérpretes estelares de la Fania All Stars, dando la vuelta al mundo con ellos. Precisamente algunas de las presentaciones más memorables de la orquesta se escenificaron en África, en una especie de reencuentro de la salsa con sus más profundas raíces.

    La estrella de Héctor continuó brillando durante la segunda mitad de los setenta con la aparición de los elepés "De ti depende" y "Comedia", que producen éxitos como "Periódico de ayer", de la autoría de Tite Curet Alonso, y una canción escrita por Rubén Blades que por siempre le definiría: "El cantante".

   La década de los ochenta representó para Lavoe una terrible etapa llena de desventuras y excesos. A principios de la década, se vio obligado a saltar de la ventana de su departamento para escapar de un incendio que terminaría cobrando la vida de su suegra y de su hijo. Esta tragedia  profundizó su adicción a las drogas y le convirtió en un hombre deprimido y melancólico.

   Sin embargo, para 1988, Héctor Lavoe prepara su retorno con un concierto en su Puerto Rico natal. El evento fue suspendido poco antes de su inicio y en consecuencia Lavoe intento suicidarse lanzándose del décimo piso del hotel donde se hospedaba. Malherido e incapacitado para volver a actuar; quien un día fuera conocido como “El cantante de los cantantes”, transcurre sus últimos años en Nueva York, donde murió de SIDA el 29 de junio de 1993.

   Su cuerpo fue sepultado en el cementerio Saint Raymond de Queens y nueve años después, tal como él mismo pidió, en su Ponce natal.

   A pesar de la gran  tragedia de una vida sumida en los excesos, Héctor Lavoe es considerado uno de los mejores cantantes de la música latina, su estilo, cargado de modulaciones vocales maliciosas y callejeras enriquecieron y cambiaron el género para siempre. Hoy su memoria sigue viva entre los salseros que le reconocen como el eterno cantante de los cantantes.