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Sabor Latino

El Albañil de la Esperanza

El Albañil de la Esperanza

Aquí les dejo otra Salsografía que, en su momento, fue de las más comentadas en Sabor Latino Televisión. Saludos... Juan Eduardo.

Ismael Rivera, Maelo, El Sonero Mayor, El Albañil de la Esperanza, El brujo de Borinquen; el hombre que con su: Ecuajei!!, se convirtió en un ídolo de la música latina.

Esta es la historia de su vida, con sus momentos de gloria, sus desventuras y su dimensión humana.

Ismael Rivera nació en Santurce Puerto Rico, el 05 de Octubre de 1931, fue el primero de los cinco hijos de Luis Rivera, Carpintero de oficio y de Doña Margarita Rivera García, de quien, se dice, heredó el genio para la improvisación y la melodía.

Siendo todavía un adolescente, comenzó a trabajar como albañil, oficio que compartía con quien llegaría a ser su compadre, colega y compañero de aventuras: Rafael Cortijo.

Eran tiempos en que se trabajaba de día y se bailaba de noche en la famosa calle Calma, en Puerto Rico. Y ya para entonces Maelo se destacaba por su extraordinaria capacidad como sonero.

La primera vez que se juntaron para tocar Ismael y Cortijo fue en 1948, en el Conjunto Monterrey, dirigido por Monchito Muley, Con Maelo como conguero y Cortijo como bongosero.

En 1952 intentó enlistarse en el ejército de los Estados Unidos, pero fue rechazado por su inglés deficiente.

Nace la leyenda

A su regreso a la isla comenzó a cantar profesionalmente en la Orquesta Panamericana, con la cual grabó su primer sencillo: "El Charlatán", luego le sucedieron otros éxitos, hasta que un buen día,  Ismael y Cortijo, tomaron la decisión de fundar su propia agrupación.

Corría 1954, y  ya "Cortijo y su Combo" experimentaban  con el folklore Boricua, incorporándole piano y metales a dos ritmos representativos: La Bomba y la Plena. Logrando una mezcla que permitiría hacerlos internacionales.

Con el Combo de Cortijo, Maelo haría una carrera brillante, popularizando un sinnúmero de éxitos, entre ellos "El bombón de Elena", de don Rafael Cepeda, así como "Besitos de coco", "El negro bembón", "Juan José", "Palo que tú me das", "Yo soy del campo", "Oriza", "El chivo de la campana", "Maquinolandera", "El yoyo", "María Teresa" y "Quítate de la vía Perico", entre otros.

Al cerrar la década de los cincuenta, la bomba y la plena logran introducirse en los más populares salones de baile, gracias al combo de Cortijo y su cantante Ismael. Tal fue el asombro ante el fenómeno musical que el Bárbaro del Ritmo, Benny Moré, bautizó a Maelo con un nombre que le definiría para siempre: El Sonero Mayor.

Ya con el reconocimiento de las grandes audiencias, Cortijo y su combo recorren Latinoamérica. A Venezuela llegarían en 1962 para participar en el Carnaval, donde Maelo sería coronado como Rey de estas festividades.

De vuelta a Puerto Rico, Ismael fue detenido por portar sustancias prohibidas. Fue condenado a cuarenta y tres meses de cárcel y trasladado a distintos penales, donde conoció la miseria, el hacinamiento y el olvido. Un compatriota suyo, Bobby Capó, sintió como propio el encierro de Ismael, y le compuso un número que llegaría a convertirse en himno de los reclusos: "Las Tumbas".

Nuevos aires

Una vez pagada su condena, Maelo regresó a Puerto Rico, y sintió el repudio de muchos. Las heridas aún permanecían abiertas y decidió abandonar su patria y recomenzar su vida en Nueva York.

En la Gran Manzana, Maelo rápidamente se sube a la ola que se ha desatado con la explosión de la música latina, ahora popularizada como "Salsa".

Así nacen:"Maelo y los Cachimbos" quienes impactaron el panorama musical con temas hoy clásicos como "Mi negrita me espera" y "Dime por qué".  Y muchos otros éxitos como "San Miguel Arcángel", "La gata montesa", "La manía de tu mujer", "Maña, Maña" y el bolero de serenata "Hasta Mañana".

A pesar de haber recuperado el terreno perdido en el campo musical, Maelo seguía teniendo problemas personales por el uso indebido de sustancias prohibidas. Hasta que un buen día, de visita en Panamá, oyó hablar del Cristo negro de Portobello que obraba milagros y desde entonces no solo Maelo abandonó su disipada vida sino que se inspiró para componer canciones que tal vez sean las más conocidas de su  carrera como "El Mesías" y "El Nazareno".

En agosto de 1974 hubo un histórico reencuentro en el Coliseo Roberto Clemente, entre Cortijo e Ismael y los ex integrantes de su banda, dirigidos entonces por Rafael Ithier bajo el nombre de El Gran Combo.

Maelo siempre fue un hombre de convicciones arraigadas, a pesar de toda la espectacularidad que rodeaba a las Estrellas de Fania, siempre se negó a incorporarse a ellas, sabía que su estrella brillaba con luz propia.

Sin embargo, en 1979, cuando Jerry Masucci y Johnny Pacheco, compraron el sello Tico Alegre, Maelo terminó en la Fania por compromisos de contrato. Fue el artista mejor pagado por esa casa disquera, luego de Celia Cruz.

Se apagó el ¡Ecuajei! 

Durante la década de los ochenta Ismael Rivera fue retirándose paulatinamente. El tiempo, inexorable, le comenzó a pasar factura, los infinitos trasnochos y las rumbas de la juventud comenzaron a hacer mella en su humanidad. La muerte de su compadre Rafael Cortijo aceleró esta pena.

Y fue así, cuando aquella tarde del 13 de Mayo de 1987, la muerte le vino a visitar mientras miraba caricaturas en la televisión. El infarto fue fulminante, apenas tuvo tiempo de abrir los ojos y en brazos de su madre, Doña Margarita, exhaló su último aliento.

El Cantante de los Cantantes

El Cantante de los Cantantes

  Este es el texto que sirvió de guión para la biografía de Héctor Lavoe que fue transmitido por nuestro programa de televisión. ¡Vaya vida la de este grande entre los grandes! Saludos. Juan Eduardo.

   Héctor Lavoe nació en Ponce, Puerto Rico el 30 de septiembre de 1946. con el nombre de pila Héctor Juan Pérez Martínez.   Cuando apenas salía de la infancia, ya el joven Héctor había obtenido influencia musical cantando en orquestas juveniles e imitando a cantantes jíbaros puertorriqueños como Chuchito de Bayamón y Daniel Santos.

    En 1963 con solo diecisiete años y decidido a conquistar la fama como cantante, Héctor llega a Nueva York donde incursiona con orquestas de poco renombre, hasta que en 1967, se produce su unión con el trombonista y arreglista Willie Colón, en una dupla que sería conocida en los circuitos salseros de Nueva York como  The Bad Boys y cuya primera producción tendría por título: "El malo".

   Ya para entonces Héctor había tomado como apellido artístico la derivación fonética: "Lavoe" que estuvo inspirada en el apodo del famoso cantante puertorriqueño Felipe "la voz" Rodríguez.

   El duo Lavoe/ Colón ha sido considerado por conocedores y amantes de la Salsa como uno de los más productivos y trascendentales en la historia de la música latina.   Para cerrar la década de los sesenta Willie y Héctor graban “The Hustler” en 1968 y Guisando" en el 69, producciones que terminan de consagrarles en el gusto del público. La década de los setenta se estrena con un nuevo disco: "Nuestra Cosa" que incluye el bolero mas radiado en la historia Colon/Lavoe "Ausencia" y "Juana Peña" de la pluma de Tite Curet Alonso.

   Por su gran aceptación, Colon y Lavoe entran a formar parte de la primera reunión de las estrellas de Fania realizada el 26 de Agosto de 1971 en el recién estrenado salón de baile conocido como el Cheetah.

   Para 1971 la pareja graba el primer volumen de “Asalto Navideño” producción con la que rinden tributo a los aguinaldos puertorriqueños. De esta producción destaca el tradicional tema panameño La murga, que se ha convirtió en uno de los temas más sonados de la época en Venezuela.

   El binomio Colon/Lavoe produjo obras fundamentales en la historia de la salsa. Álbumes inolvidables como: “El Juicio” en 1972  con temas como “Timbalero” y “Ah ah oh no”; “Lo Mato” de 1973 de donde salto a la popularidad el tema: “El día de mi suerte”. Este mismo año producen el segundo asalto navideño, LP que precedió la disolución de la orquesta de Willie Colon y por ende el comienzo en solitario de Lavoe. La separación es amistosa y no definitiva, pues Colón fue el productor de varios de los álbumes más exitosos de la carrera solista de Lavoe, que comienza en 1974 con el disco "La Voz". También fue uno de los intérpretes estelares de la Fania All Stars, dando la vuelta al mundo con ellos. Precisamente algunas de las presentaciones más memorables de la orquesta se escenificaron en África, en una especie de reencuentro de la salsa con sus más profundas raíces.

    La estrella de Héctor continuó brillando durante la segunda mitad de los setenta con la aparición de los elepés "De ti depende" y "Comedia", que producen éxitos como "Periódico de ayer", de la autoría de Tite Curet Alonso, y una canción escrita por Rubén Blades que por siempre le definiría: "El cantante".

   La década de los ochenta representó para Lavoe una terrible etapa llena de desventuras y excesos. A principios de la década, se vio obligado a saltar de la ventana de su departamento para escapar de un incendio que terminaría cobrando la vida de su suegra y de su hijo. Esta tragedia  profundizó su adicción a las drogas y le convirtió en un hombre deprimido y melancólico.

   Sin embargo, para 1988, Héctor Lavoe prepara su retorno con un concierto en su Puerto Rico natal. El evento fue suspendido poco antes de su inicio y en consecuencia Lavoe intento suicidarse lanzándose del décimo piso del hotel donde se hospedaba. Malherido e incapacitado para volver a actuar; quien un día fuera conocido como “El cantante de los cantantes”, transcurre sus últimos años en Nueva York, donde murió de SIDA el 29 de junio de 1993.

   Su cuerpo fue sepultado en el cementerio Saint Raymond de Queens y nueve años después, tal como él mismo pidió, en su Ponce natal.

   A pesar de la gran  tragedia de una vida sumida en los excesos, Héctor Lavoe es considerado uno de los mejores cantantes de la música latina, su estilo, cargado de modulaciones vocales maliciosas y callejeras enriquecieron y cambiaron el género para siempre. Hoy su memoria sigue viva entre los salseros que le reconocen como el eterno cantante de los cantantes.

El Sonero del Mundo en Paraguaná

El Sonero del Mundo en Paraguaná

             

   Hola, bienvenidos al fascinante mundo de la música afrocaribeña. Este será un espacio destinado al realce de los géneros musicales que identifican nuestra sangre latina. Se les quiere de gratis... Ronny

   Para dar comienzo a este viaje caribeño, reseñamos la visita del “Sonero del Mundo” Oscar D’ León a tierras paraguaneras, el pasado 6 de enero, en el marco de la celebración anual del día del comerciante.

   Una expectativa prevalecía en el ambiente cuando ya se anunciaba la pronta actuación del sonero… todos los presentes anhelaban verlo desde hacía mucho. Cuando finalmente hizo su entrada al escenario, el afamado Oscar Emilio León, el tiempo pareció paralizarse, el público, inerte en la pista de baile, sólo atinaba a observar de manera hipnótica como el artista y su orquesta abrían una presentación que desde hacía cerca de una década no se realizaba en la ciudad de Punto Fijo.

   Nos resulta interesante entonces, comentarles datos sobre la vida de este gran icono musical venezolano.

   Oscar Emilio León nace en Antímano, lugar de ritmo y guaguancó que albergaba diversas expresiones latinas; sin embargo, el joven músico empírico, tuvo que dedicarse a oficios no relacionados con la música, como el de camionero y taxista para poder llevar el sustento a su hogar. Pero fue precisamente el oficio de taxista, que le dio la oportunidad de conocer al percusionista  José “Cheíto” Rodríguez durante una “carrerita”; este le invito a un ensayo de una agrupación de salsa que se estaba gestando para aquel año de 1972.

   Entre los aspirantes a conformar dicha orquesta se encontraban “Cheito” Rodríguez, Cesar “Albondiga” Monje, Marcolino Dimond y el futuro “Diablo de la Salsa” Oscar D’ León.  Lograron fusionar sus ideas y cualidades, y es así como en aquel año, nace la orquesta venezolana de salsa con mayor proyección internacional de todos los tiempos: La Dimensión Latina.

   Melómanos de la época, relataban el impacto que provocaba en el publico y los productores de espectáculos, aquel solista: ¡cómo puede ese cantante, tocar el bajo, bailar y sonear al mismo tiempo!, era una de las expresiones mas frecuentes para los espectadores de la “Dimension Latina”. Fueron muchos los éxitos de Oscar con esta gran orquesta, pero a finales de 1975, la separación era inminente. Cantantes como el zuliano Argenis Carruyo, y el boricua Andy Montañez, serían llamados a reemplazarlo, pero no fue posible llenar su espacio.

   Por su parte, Oscar se mantuvo pujante en su empeño por seguir desarrollando su carrera artística; formo la orquesta “Oscar D’ León y su Salsa Mayor”, donde, teniendo como aliado a su antiguo compañero de La Dimensión, Wladimir Lozano, logro exitos de gran talla.

   Fueron muchas las satisfacciones y desafueros para el sonero en cuestión, pero el tiempo que todo lo dice, finalmente nos ha brindado un talento que se ha convertido en bandera nuestra en el mundo entero, una estrella que ha brillado con luz propia sin someterse totalmente a las imposiciones de sellos disqueros como lo hicieran sus colegas caribeños. Hoy por hoy, reconocemos a este gran ídolo salsero, como el más destacado sonero de la actualidad, admirado por los más grandes como Tito Puente, Celia Cruz, Jhonny Pacheco, Arturo Sandoval entre otros. Muchas serán las memorias que se podrán comentar la vida del sonero, pero entre ellas una muy cercana para el paraguanero será del  6 de Enero de 2007, cuando un Oscar, inagotable, regaló su talento en la Península de la Amistad.